La historia de los Hermanos de La Salle en el mundo está unida a la historia de los lugares en los cuales viven su consagración a Dios y su servicio a la humanidad. Es por ello que hoy destacamos la vida del Hermano Marcelin (Victor Magui), quien falleció en Rumanía el pasado 22 de enero a los 95 años de edad.
Él, junto con otros de sus hermanos y no pocos religiosos y sacerdotes, vivió algunos años en régimen carcelario y en campos de trabajos forzados en su país y hasta la fecha de su muerte era el último hermano superviviente de esta dolorosa historia.
En tiempos del régimen comunista fue privado de libertad en dos ocasiones: la primera entre los años 1950-1952 siendo obligado a realizar trabajos forzados en la construcción del canal Danubio-Mar Negro y en la presa de Bicaz y la segunda entre los años 1959-1964 cuando fue deportado a la región inhóspita de Baragan (sureste de Rumanía) donde fue sometido a domicilio obligatorio en la localidad de Viisoara (Ialomita)
Luego de la amnistía general de 1964 a los condenados como presos políticos, el Hermano Marcelin pudo regresar a Bucarest donde su trabajo fue el de organista y su actividad pastoral la catequesis en la parroquia romano-católica de Popeşti-Leordeni hasta el año 1983 en el que solicitó jubilarse.
Tras la caída del comunismo, y a petición del Obispo greco-católico de Oradea, se integró en la comunidad creada en esa localidad, donde trabajó en el internado hasta que en el año 2000 dicha comunidad fue cerrada y los tres Hermanos que la componían se trasladaron a Moldavia y se integraron en las comunidades de Iasi y Pildesti.
Su vida llena de música, catequesis y amor por su país, unida a la de cientos de Hermanos y lasallistas del mundo, son claros ejemplos de amor a Dios y a la humanidad incluso en aquellos momentos dolorosos de las naciones.